KV-1
La serie KV fue una línea de producción de una serie de carros de combate pesados de origen soviético. Fueron bautizados con el nombre del comisario de defensa y político Kliment Voroshílov. En el momento de la invasión de la Unión Soviética por parte de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, los KV eran los carros de combate mejor protegidos de su época, pero solo constituían el 2% del total de las fuerzas acorazadas soviéticas el 22 de junio de 1941. Su éxito inicial en detener y diezmar a las fuerzas "panzer" le valió el sobrenombre de "matanazis"
Después de los pobres resultados obtenidos con el carro de combate pesado multi-torreta T-35, los diseñadores soviéticos empezaron a buscar un nuevo diseño. El T-35 cumplía los requisitos supuestos para un “tanque de ruptura” de la década de 1920 con una gran capacidad de fuego, poca movilidad y poca protección. La Guerra Civil Española demostró la necesidad de dotar de mayor protección a los carros de combate y ésta fue la principal influencia de los diseñadores soviéticos antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Se estudiaron varios diseños antes de iniciar un prototipo. Todos ellos estaban fuertemente acorazados, usaban suspensión de barra de torsión, orugas anchas, y en su manufactura se usaban laminado, moldeado y soldadura. Uno de los diseños principales era el SMK que disminuyó el número de torretas del T-35 de cinco a dos con la misma combinación de armamento. Finalmente cuando se encargó la construcción de dos prototipos, se decidió por un diseño con una sola torreta, empleando el peso sobrante en un mayor blindaje. El menor tamaño del chasis y la única torreta permitían al diseñador añadir mayor protección al vehículo, manteniendo el peso dentro de unos límites razonables.Al entrar los soviéticos en la Guerra de Invierno los prototipos fueron enviados a ser probados en condiciones de combate. La coraza del KV demostró ser la más efectiva contra las armas anticarro finlandesas. Rápidamente se envió el KV a producción, tanto el modelo original armado con el cañón de 76,2 mm y conocido como tanque pesado KV-1, como el armado con el obús de 152 mm y conocido como tanque de artillería pesado KV-2. Al iniciarse la Operación Barbarroja, el Ejército Rojo estaba equipado con 508 KV. La mejor baza del KV-1 era su gran blindaje, tanto frontal, como lateral, que le confería la resistencia necesaria para aguantar los proyectiles de 37 mm y 50 mm alemanes.Sólo el cañón de 88 mm alemán o sus variantes como el 88 mm Flak 18 Selbstfahrlafette Auf Zugkraftwagen de 12 t eran capaces de ponerlo fuera de combate a distancias normales de lucha, pero estos cañones eran muy escasos en 1941.Durante el 23 y 24 de junio de 1941, un solo KV-2 fue capaz de inmovilizar el avance de la Sexta División "Panzer" en la cabeza de puente del río Dubissa en Lituania, retrasando el avance sobre Leningrado.Los rusos denominaban a este tanque, el Mata-nazis. Durante el desarrollo de la Batalla de Moscú, una división de carros de combate KV-1 en conjunto con algunos T-34 detuvo al 2º Cuerpo "Panzer" alemán al mando de Heinz Guderian en Mzensk, cerca de Orel. Solo el socorro del 2º ejército salvó a las fuerzas de Guderian de ser totalmente destruidas.
Las 45 toneladas del KV sobrepasaban el peso de la mayoría de los carros de combate de su época y doblaba el peso del más pesado de los carros de combate alemanes. Las ventajas del KV eran una armadura impenetrable por ningún arma montada sobre otro carro de combate, a menos que fuera disparada a quemarropa a distancias por debajo de los 100 m y por los laterales, una buena potencia de fuego, y una buena flotabilidad en terrenos blandos. Sus desventajas eran su lentitud y poca maniobrabilidad, una transmisión pésima, poca visibilidad y una pobre ergonomía. A finales de 1942 los alemanes disponían de un creciente número de cañones anticarro PaK 40, capaces de perforar la armadura del KV-1 con lo que la principal ventaja que tenía con respecto al T-34 desapareció. A pesar de que el cañón de 76 mm que montaba era adecuado, era el mismo que montaba el T-34, más pequeño, rápido, barato y fácil de construir que el KV-1. Las ventajas respecto al T-34 eran un poco más de blindaje, pero al poder ser penetrado a grandes distancias por los cañones largos de 75 mm y no aportar nada diferente al T-34, se decidió finalmente apartarlo de producción y concentrarse en la producción de este último.
Los oficiales soviéticos se quejaban del mal estado en el que volvían sus KV a los talleres de reparación, pues aunque el grueso blindaje los protegía de la mayoría de los cañones enemigos, el número de impactos en la torre y la barcaza de los KV daba la impresión de que los habían maltratado. Algunas fotos muestran más de 30 impactos que no penetraron en las torres, llegando en algunas ocasiones a más 230 impactos en todo el tanque según informes alemanes. Los cañones de 88 mm antiaéreos eran los más efectivos contra estos tanques, pero la escasez de ellos ayudó a que el KV fuera un buen tanque hasta la llegada de los cañones largos de 75 mm equipados con proyectiles de punta de wolframio perforante.
Un problema compartido con la mayoría de tanques de la época era la falta de municiones. En 1941, la falta de proyectiles perforantes estaba muy extendida, dando problemas a la hora hacer frente a carros inferiores en armamento y protección. Fácilmente se podrían haber conseguido numerosas victorias parciales por los soviéticos si hubieran dispuesto de unas tripulaciones entrenadas y proyectiles adecuados a las circunstancias.